Enrique Gavilán
Cuando se pregunta a una persona a quien le encanta viajar, ¿por qué viajas? el viajante responde normalmente: “para conocer otros mundos, otras culturas, otras formas de arte, etc.…”. Sin embargo, el viajero puede olvidarse de algo, de sí mismo, de la transformación que el propio viaje infunde en él de una manera en muchos casos casi imperceptible. Cuando a Enrique Gavilán, profesor de la Universidad de Valladolid se le habla de un futuro viaje, él siempre menciona la vuelta a casa. De algún modo ocurre lo mismo con su nuevo libro “Otra historia del tiempo: la música y la redención del pasado”.
En el capítulo IV de su libro dedicado a los Cuartetos de T.S. Eliot Enrique Gavilán escribe: “el poema no sólo transforma a quien lo lee, sino que le hace consciente de la transformación”. En este caso, el escritor puede que no sea consciente de lo que su libro transformará pero si de su propia transformación en el tiempo.
Enrique Gavilán que ha presentado su libro en programas como La noche cromática de Radio Clásica, en La Feria del Libro de Valladolid, en la televisión local de la misma ciudad y en los Debates de CNN+ acompañado del crítico de música José Luis Tellez y del periodista y presentador del programa Jose María Calleja, hace hincapié en todas sus apariciones públicas que su libro no es una reflexión sobre el tiempo sino que su centro radica en pensamiento entorno a la música.
Según el profesor de la Uva: “la música nos trae el pasado, nos anticipa el futuro, el tiempo se rompe”. Esta frase fue el titular de la entrevista con la que apareció Enrique Gavilán en El diario de Valladolid el 11 de mayo de este año, en donde habla una vez más de su interés por La Filosofía de la nueva música de Adorno, por la Teoría de los Mitos de Lévi-Strauss y el papel que juega ahí la música. Enrique Gavilán dedica el capítulo II a la estética musical de Adorno y el III a la teoría de los mitos de Strauss.
El profesor de la Uva que además es profesor invitado en la Universidad alemana de Bayreuth destaca en su aparición en La Noche Cromática de Radio Clásica el papel importantísimo que juega Adorno ya no sólo en su libro sino en la Estética en general. Si por algo se tiene que sentir orgulloso Enrique Gavilán es por hacerle frente a la resistencia de un lenguaje que se ha tornado para muchos traductores irresistible. De hecho, el profesor de Teoría de la Historia y de Tiempo y mito en la India recoge así un pensamiento del propio Adorno y por el cual tal vez el mismo Adorno prefirió hacerse resistente: “la resistencia a una sociedad, es resistencia a su lenguaje”.
Antes de llegar a los capítulos dedicados a Adorno y a Lévi- Strauss, Enrique Gavilán recurre al pasado, comienza su libro con el Romanticismo ya que como dice en palabras del historiador, Isaiah Berlin: “El Romanticismo es el movimiento que más ha influido en nuestras vidas”. Según el profesor de la Uva con la Revolución francesa y las revoluciones que por estos años tienen lugar se abre una nueva experiencia del tiempo que provoca una angustia a la que los románticos van a tratar de dar respuesta. Lo que se produce en esta época es una nueva forma de concebir la música por parte del oyente, se origina una concepción romántica de la música. En la noche cromática Enrique Gavilán hace alusión a Novalis quien dice: “Hay que romantizar la realidad”.
Sin embargo, para entender esta nueva concepción de la música originada por los románticos Enrique Gavilán hace referencia a Wagner y en concreto a su obra Parsifal como la culminación del Romanticismo, del arte en religión.
Enrique Gavilán explica en el primer capítulo de su libro y en otro que se publico el año anterior llamado: “Escúchame con atención. Liturgia del relato en Wagner” como Wagner consigue que no solo estemos ante el presente sino que el elemento pasado y futuro estén combinados con el presente.
En el momento de hablar de Wagner durante la presentación del libro Otra historia del tiempo, en el programa de CNN+ cuyo debate tiene por título: “locos por la música” uno de los protagonistas fue la famosa frase de Woody Allen: “cada vez que escucho a Wagner, me dan ganas de invadir Polonia”. Dejando a parte esta famosa broma, lo que si esta claro y como dijo Enrique Gavilán, es que Wagner es el segundo personaje de la historia sobre el que más se ha escrito, primero fue Jesucristo y el segundo Wagner por esa conversión del arte en religión, en donde, se plantean problemas actuales en campos tanto de la estética como de la política.
Por otro lado, no podemos olvidar un elemento muy importante, el silencio. El tema del silencio esta recogido en el capítulo V: La historia entre los fragmentos: el cuarteto de Luigi Nono. Enrique Gavilán explica como la obra clave de Nono es Prometeo en la que justamente se plantea la tragedia de la escucha. No podemos aplicar el término de tragedia a lo que ocurre en las salas de conciertos pero si se puede hablar de una falta de escucha o de una falta de educación para la música. En una de las últimas preguntas que se le hicieron a Enrique Gavilán en el debate de CNN+ fue su opinión sobre los actuales oyentes de música clásica, a lo que el contestó una vez más, que las posibilidades de escuchar música clásica en la actualidad se han multiplicado pero que sin embargo ahora la relación que se establece con la música es pobre, tal como dijo Gavilán: “la música se ha trivializado, la gente sale de un concierto y habla los treinta segundos próximos, después, cambia de tema”.
A la inversa suele ocurrir con los oyentes de un concierto pop ya que como dice Enrique: “en este caso si tiene lugar una experiencia de transformación real”.
En todo momento hemos tenido de transfondo el IV capítulo del libro de Enrique Gavilán dedicado a los Cuatro Cuartetos de Eliot porque en ellos se mezcla como explica Gavilán lo abstracto del libro y el “carácter rabiosamente” privado de los títulos de cada poema. Algo así ocurre con La otra historia del tiempo: la música y la redención del pasado. A pesar de que cada persona, escritor, lector sepa de los temas que se tratan, el carácter privado de cada capítulo del libro esta ahí, solo hay que descubrir esa tensión en nosotros mismos que se produce al leer cada una de las sabidurías propias que se esconden en cada una de las páginas de este libro. No puedo terminar de otra manera que con la frase que se recoge en casi todos los comienzos de las diversas y variopintas presentaciones públicas del libro, que es el proverbio que tantas veces le repitió su padre a Enrique Gavilán: “si tienes dos monedas, gasta una en pan para tus hijos y compra con la otra violetas para tu corazón”.